Hace un tiempo decidí renovar mi cocina y opté por una encimera de cuarzo. La elección se basó en su durabilidad y su atractivo brillo. Sin embargo, después de un tiempo, noté que al intentar mantenerla impecable, a menudo quedaban residuos de jabón tras el pulido. No sé si alguna vez te lo has preguntado, ¿por qué sucede esto incluso usando productos de limpieza adecuados?
La realidad es que el cuarzo, aunque resistente, tiene una composición que puede retener residuos con cierta facilidad, sobre todo si el jabón no se enjuaga bien. Me enfoqué en identificar formas efectivas de resolver este problema. Según expertos del sector, una limpieza adecuada implica usar solo un litro de agua tibia mezclada con vinagre blanco en proporción de 3:1. Este método es económico, ya que el costo del vinagre no supera los dos euros por botella, y ayuda a descomponer los residuos de jabón sin afectar el brillo del cuarzo.
Estuve leyendo un informe de una compañía especializada en superficies de cuarzo, que resaltaba justamente la importancia de productos neutros y cómo estos evitan que quede cualquier residuo. Me llamó la atención porque hacen énfasis en usar paños de microfibra, que gracias a sus fibras de menos de un milímetro, garantizan una limpieza más eficaz sin rayar la superficie.
Por otro lado, recordé una conversación que tuve con un amigo que trabaja en una empresa dedicada al procesamiento de cuarzo. Me comentó sobre un procedimiento sencillo: tras aplicar la mezcla de vinagre, basta con secar bien la encimera con un paño seco para eliminar cualquier humedad remanente. Esto previene además la acumulación de agua que podría llevar a la aparición de manchas.
Tras implementar estos consejos en mi rutina de limpieza, noté un cambio significativo en la apariencia de mi encimera. Lo curioso es que el tiempo de limpieza se redujo a menos de 15 minutos, y la superficie queda visiblemente más brillante. Como resultado, no solo mantengo mi cocina reluciente sino que también prolongué la vida útil del cuarzo, lo cual me permite evitar costes adicionales a futuro en mantenimiento o sustitución.